La enfermería ha estado en los últimos años en boca de todo el mundo a raíz de la situación social provocada por el covid-19. La pandemia ha supuesto para el personal sanitario, en general, y para este sector, en particular, un aumento en la carga de trabajo diaria, la separación de la familia, una mayor exposición al contagio, temores y también sentimientos de fracaso ante malos pronósticos de pacientes, etc., situaciones inusuales que han sido mayoritariamente sufridas por mujeres.

Según los datos recientes proporcionados por un estudio de la Organización Mundial de la Salud (2020) con respecto a la situación de la enfermería en el mundo, en el caso de Europa, alrededor del 90% del personal de enfermería son mujeres. Las cifras por región sufren leves variaciones, sin embargo, se puede determinar que la feminización es una cuestión estructural. En el caso de África, por ejemplo, los porcentajes se acercan por encima de ninguna otra, y pese a esto, se sigue produciendo una diferencia porcentual de 52 puntos entre sexos.

Porcentaje de Mujeres y Hombre en el personal de Enfermería, por Región de la OMS

FUENTE: Situación de la enfermería en el mundo, elaborado por la Organización Mundial de la Salud (2020)

Lo cierto es que, en el caso de España, las cifras más recientes del Instituto Nacional de Estadística (2021) sobre las enfermeras y enfermeros colegiados confirman que la distribución por sexo en el último año es un 84% de mujeres y un 16% de hombres, siguiendo la misma tendencia desde el año 1980 y ampliándose cada vez más esta diferencia: en el caso de las mujeres se produce un aumento exponencial y en el de los hombres un descenso paulatino.

Enfermeras y Enfermeros colegiados por tipo de especialidad por Género.

Fuente: Evolución de las enfermeras y enfermeros colegiados por año. Instituto Nacional de Estadística (2021)

Los datos ponen de manifiesto una realidad ineludible: a nivel mundial, el personal de enfermería está conformado fundamentalmente por mujeres. La feminización de este oficio se explica por varios factores, principalmente, por los estereotipos de género, pues en la sociedad las mujeres han ocupado siempre la esfera privada asumiendo funciones reproductoras. En este sentido, no es sorprendentes que las mujeres luchasen por introducirse en la esfera pública en puestos de trabajo que, en algunos aspectos, se consideran una extensión de su rol de cuidadoras o privado. Un segundo supuesto

¿Cuáles son los retos en la enfermería desde la perspectiva de género?

Se trata de una profesión mayoritariamente feminizada y cuya actividad central son los cuidados, por lo que es fundamental aplicar una perspectiva de género, para indagar en sus problemas, vivencias y particularidades. Los estudios apuntan a que la feminización de la profesión no se traduce en una efectiva incorporación del principio de igualdad en las remuneraciones. De hecho, uno de los retos principales -pero no únicos- en esta profesión, es la revisión de la brecha salarial existente.

Se requiere aplicar políticas eficaces que promuevan la transversalización del principio de igualdad en las remuneraciones para superar la invisibilización e infravaloración del trabajo del personal de enfermería, fundamentalmente con motivo de los sesgos de género. Además, de acuerdo con la OMS, en los cargos de dirección del sector sanitario todavía a día de hoy se produce un evidente techo de cristal. Algunas de las estadísticas más relevantes apuntan a que solo un 25% de esos puestos están ocupados por mujeres.

En un estudio sobre los elementos facilitadores y los obstáculos para acceder a los puestos directivos de enfermería encargado por la campaña Nursing Now se describió no solo un «techo de cristal» para las mujeres, sino también un «ascensor de cristal»  (también escaleras mecánicas de cristal) para los hombres, aludiendo a la velocidad de los segundos, en comparación a las primeras, en sus promociones profesionales, hacia puestos directivos. Según el estudio de la OMS anteriormente citado, es solo la manifestación más visible de los profundos desequilibrios de género que impregnan los sistemas de salud a todos los niveles y afectan a todas las facetas de la gestión del personal de enfermería.

Foto de una enfermera dando la mano a un paciente.

Las políticas de igualdad como herramientas para el cambio social

Sin ninguna duda supone un gran reto la eliminación de la diferencia salarial por razón de sexo que afecta a las enfermeras. En algunos países, la remuneración desigual entre los sexos obedece a elevados niveles de segregación horizontal en la enfermería en comparación con otras ocupaciones. Un buen punto de inicio es el análisis de las promociones profesionales, niveles salariales o también el uso de mecanismos de conciliación de manera desagregada entre mujeres y hombres, variables que al estudiarse de manera interrelacionada e individual muestran las dinámicas diferenciadas entre ambos sexos, arraigadas en patrones sociales y culturales.

Lo que es evidente es que los organismos competentes han de desarrollar políticas específicas para el personal de enfermería con perspectiva de género que partan de un análisis de su situación social. La legislación en materia de igualdad en España, como la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres recoge una de las herramientas fundamentales para este fin: los Planes de Igualdad.

Los Planes de Igualdad se erigen como los instrumentos fundamentales para alcanzar la igualdad de trato y oportunidades, eliminando cualquier posible discriminación por razón de sexo en el ámbito de una organización. En el Plan se definen objetivos específicos, cuantitativos y cualitativos que responden a las desigualdades y necesidades de mejora identificadas en el Informe Diagnóstico, documento clave que funciona como punto de partida al analizar los sesgos de género existentes en áreas específicas, como la clasificación profesional, promoción profesional o prevención del acoso sexual y por razón de sexo. 

Imagen de dos post-its morados pegados a un corcho. Uno de ellos tiene el símbolo del sexo femenino y otro del masculino. Entre los dos post-its hay pegada una frase: Equal Opportunities in the work place.

Además, en materia de igualdad salarial, en España se ha desarrollado también el Real Decreto 902/2020, de 13 de octubre, de igualdad retributiva entre mujeres y hombres,  que pone el foco sobre el concepto de auditoría retributiva, que consiste en un análisis del sistema retributivo, del sistema de promoción profesional y de las medidas de conciliación y corresponsabilidad que se realiza con el objetivo de establecer medidas correctoras. El primer paso para corregir las desigualdades existentes es que las políticas sanitarias reconozcan que mujeres y hombres, debido a sus diferencias biológicas y a sus roles de género, tienen necesidades, obstáculos y oportunidades diferentes.

Si continúas usando este sitio, aceptas el uso de cookies. Más información

Los ajustes de cookies en esta web están configurados para «permitir las cookies» y ofrecerte la mejor experiencia de navegación posible. Si sigues usando esta web sin cambiar tus ajustes de cookies o haces clic en «Aceptar», estarás dando tu consentimiento a esto.

Cerrar