Esta semana celebramos el Día del Padre y nos gustaría hablar sobre el papel del hombre, y de las nuevas masculinidades, en la consecución de la igualdad de género.

Esta festividad tiene su origen en Estados Unidos cuando, en 1909, Sonora Smart Dodd quiso conmemorar a su padre, Henry Jackson Smart. Este hombre había sido un veterano de guerra que, tras la muerte de su mujer, se hizo cargo de la educación de sus seis hijos. Posteriormente, esta iniciativa se fue extendiendo a diferentes lugares de Europa, como forma de homenajear la labor de los padres pero, ¿a qué labor nos estamos refiriendo?

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Nuevas masculinidades y paternidad

Tradicionalmente la figura del padre o del cabeza de familia la hemos asociado a la persona que provee de recursos a la unidad familiar. Es el encargado de aportar dinero, estabilidad y seguridad a la familia. Desde la Revolución Industrial, el modelo de paternidad se ha ido alejando de la familia y asociándose cada vez más al empleo remunerado. El padre tradicional era aquel que trabajaba sin descanso para que en casa no faltara nada, que salía pronto a trabajar y volvía cuando los niños ya estaban acostados, totalmente alejados de las labores de cuidados y crianza, que ejercía la mujer.

No obstante, la entrada de las mujeres en el sector laboral ha permitido, al menos en parte, que algunos hombres empiecen a volver a dichas tareas domésticas y de cuidados y redescubran los beneficios que estos conllevan, no sólo para el núcleo familiar, sino también para ellos mismos. 

mujer trabajadora

En ocasiones, el acercarse a una paternidad más cercana y corresponsable les permite a dichos hombres reflexionar y deconstruir los roles y estereotipos de género y construir relaciones más estrechas y satisfactorias con sus hijos e hijas, acercándose así a modelos de masculinidades más igualitarias.

Masculinidad y paternidad tradicional

Aunque en muchas ocasiones se asocie la palabra género con mujer, los hombres también tienen género, ya que, al igual que las mujeres, han ido adquiriendo ciertas pautas de conducta, valores y creencias acerca de sí mismos y del entorno a través de un proceso de socialización. En este aprendizaje aprenden a “cómo ser hombres” y cómo deben relacionarse con las demás personas. Al modelo más extendido de masculinidad lo llamamos masculinidad hegemónica o tradicional, que se fundamenta en el poder y el domino de las demás personas, no sólo de las mujeres, sino también de los niños y niñas y de otros hombres que no tienen un modelo de masculinidad hegemónico. Este modelo de masculinidad también encarnaría los valores machistas y patriarcales y reforzaría los roles de género donde los hombres están en la esfera pública y son los encargados del trabajo remunerado, mientras que las mujeres serían las responsables del hogar y de los trabajos de cuidado, ubicados en la esfera privada.

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Dentro de este modelo de masculinidad tradicional, el rol del padre hegemónico sería el de proveer de recursos y ser una figura de autoridad y control en el hogar. Una figura que es respetada, pero siempre desde la distancia o incluso desde el temor. En ocasiones este temor se incentiva desde el mismo hogar con frases como “no hagas eso o se lo diré a tu padre…” “cuando llegue tu padre a casa vas a ver…”. De esta forma se consigue el respeto que la masculinidad tradicional exige pero a un alto precio, el aislamiento emocional del padre respecto a sus hijos e hijas.

Consecuencias de la paternidad tradicional:

Este modelo de paternidad también tiene fuertes consecuencias para todos los integrantes de la casa. Para la pareja, la sobrecarga que implican las tareas domésticas y de cuidado, especialmente cuando la mujer también trabaja, así como menores posibilidades de promocionar o menores retribuciones (derivadas de excedencias, reducciones de jornada, etc…). Esta sobrecarga tiende a incrementar los conflictos en la pareja y se asocia a un mayor número de divorcios.

consecuencias hijos

Para los hijos e hijas la distancia con el padre también tiene serias consecuencias. Los modelos de paternidad ausente están asociados a:

  • Mayores problemas de conducta;
  • Mayor riesgo de sufrir violencia escolar;
  • El doble de riesgo padecer obesidad;
  • Mayor probabilidad de consumir alcohol y drogas;
  • Dos veces más posibilidades de abandono escolar;
  • Siete veces más probabilidad de embarazos adolescentes;
  • Mayor índice de criminalización y encarcelamiento.

 Hemos visto como el modelo hegemónico de paternidad está generando fuertes consecuencias para el bienestar de todo el conjunto familiar pero, ¿hay otras formas de ser padres? ¿En qué consisten? ¿Qué beneficios tienen?

Nuevas paternidades y masculinidades alternativas

Las nuevas paternidades igualitarias surgen de los movimientos de hombres por la igualdad u hombres profeministas. Aunque existen ejemplos de hombres que apoyan la igualdad de género en diferentes épocas, podemos decir que el inicio del movimiento de hombres por la igualdad nace en los años 70 unido al movimiento feminista. Estos grupos de hombres trabajan discutiendo los roles de género y generando conciencia acerca de lo que supone el “ser un hombre” y cómo esto les afecta a ellos mismos, a las mujeres, y a la sociedad en su conjunto.

En cuanto a las “nuevas paternidades” o “paternidades igualitarias” Montesinos las acuña como

Aquella expresión de la masculinidad emergente que representa la capacidad crítica a los modelos tradicionales de género, y cuya esencia permite concentrar el poder de la figura masculina. Se trata, en consecuencia, de asociar una nueva forma de ejercer el poder y de representar la autoridad, social y familiar, a la figura de la nueva masculinidad-nueva paternidad.

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En esta definición ya podemos ver un proceso de transición desde una figura paterna meramente autoritaria, propia del modelo tradicional, hacia modelos donde se recalca el afecto y apoyo emocional del padre, la cercanía y la participación igualitaria de los hombres en las tareas de cuidado y domésticas. De hecho, diferentes autores marcan 6 dimensiones que se deben cumplir para una paternidad responsable:

  1. Presencia paterna, que se refiere a ser accesible, al compromiso y la responsabilidad en cuanto a la relación que se establece con el niño o niña.
  2. Cuidados. Esta es la parte que más se asocia con los movimientos de nuevas masculinidades, porque el padre pasa de ser un mero proveedor de recursos materiales, para proveer además de afecto y cuidado. Hace referencia a establecer rutinas para generar bienestar emocional al niño o niña.
  3. Compromiso con las actividades sociales y escolares. Implicación y participación en las actividades del niño/a, tanto académicas como sociales o de ocio.
  4. Vida saludable, el padre pasa a ser un modelo de conducta, por lo que debe mostrar conductas saludables y apropiadas socialmente. A través del modelaje se trabajan las normas éticas y sociales, que favorecen el desarrollo óptimo del niño/a como parte productiva de la sociedad.
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5. Paternidad cooperativa. Este punto también está muy influido por la perspectiva feminista, ya que la pareja se convierte en un reflejo de la educación igualitaria, al romper con los roles de género respecto al trabajo doméstico y de cuidados. Además, este punto no sólo incrementará el bienestar emocional del niño, sino también el de la misma pareja.

6. Contribución material y financiera. El padre, así como la madre, siguen siendo los máximos responsables del mantenimiento de los recursos, que aseguren el bienestar de la unidad familiar.

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Beneficios de las nuevas paternidades:

Las nuevas paternidades han demostrado tener fuertes beneficios en los hijos o hijas. De los estudios longitudinales que se han realizado con este nuevo modelo de padres se han extraído los siguientes beneficios (Yárnoz Yaben, 2006):

  • Se puede observar una reducción de la agresividad en los niños/as, especialmente cuando son pequeños, así como un descenso del número de rabietas o berrinches.
  • Los niños y niñas son emocionalmente más estables. Además, el descenso en la agresividad los hace socialmente más deseables.
  • Los niños y niñas muestran mayores niveles de bienestar psicológico, lo que les hace menos propensos a mostrar trastornos psicológicos durante la niñez y la adolescencia (depresión, ansiedad, trastornos de la alimentación…)
  • Los hijos e hijas de padres comprometidos, especialmente con las actividades académicas, tenían mejores resultados académicos a medio y largo plazo.
  • Además, estos niños y niñas, durante la adolescencia, tenían una menor probabilidad de consumir sustancias como el alcohol, el tabaco u otras sustancias psicoactivas.

Obstáculos para las nuevas paternidades:

Pese a los beneficios que suponen las masculinidades o las paternidades igualitarias, sigue habiendo una gran presión social por cumplir los roles de género, especialmente para los hombres. Por ello es fundamental que empecemos a visibilizar ejemplos de hombres en tareas domésticas y de cuidado mediante casos de éxito, y que eduquemos a los más pequeños para no seguir perpetuando los estereotipos de género.

No hay que olvidar que en nuestro país hemos conseguido una de las mejores políticas públicas en corresponsabilidad, que es equiparar los permisos de paternidad y maternidad (según el RD 6/2019), pero se siguen requiriendo iniciativas sociales y educativas que favorezcan que los hombres se acojan a excedencias y otras medidas de conciliación para poder disfrutar de sus derechos de paternidad.

Por parte de las empresas, muchas están optando por promover de forma interna la corresponsabilidad mediante campañas de conciliación en días específicos, como el día del padre o de la madre, o bien talleres donde se trabajan específicamente habilidades para la conciliación o la corresponsabilidad. E incluso existen empresas, especialmente de sectores masculinizados, que están empezando a trabajar otros modelos de masculinidad como forma de evitar los riesgos laborales y promocionar estilos de masculinidad más beneficiosos para toda la ciudadanía

Paternidades corresponsables. Un acercamiento a las nuevas masculinidades 1

Por último, muchos grupos de hombres por la igualdad, beneficiados por las nuevas tecnologías y las necesidades de conciliación que ha traído la situación sanitaria, han promovido congresos, ponencias y grupos de discusión para llevar la teoría a la práctica cotidiana. De hecho, durante esta semana (del 15 al 19 de marzo) se estará celebrando un Congreso Gratuito sobre Paternidades Saludables, al cual os podéis inscribir pinchando aquí

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